
Esta semana estuvimos haciendo un poco de limpieza de espacios y nos pusimos a reciclar varias cajas de cartón. Al ver tantas juntas, pensamos en cómo podíamos aprovechar alguna de ellas para jugar pero sin que nos ocupase mucho sitio.
En casa, a nuestros hijxs les encanta jugar a las comidas: Montan restaurantes, ponen a todos los peluches a merendar e inventan recetas imposibles. Así que tenemos nuestra cocina de madera, infinidad de ingredientes, utensilios, menús, servilletas y manteles para recrear este juego simbólico.


Esta vez se nos ocurrió reciclar alguna de estas cajas y convertirlas en comida de cartón, planas, que no ocupen espacio y así poderlas llevar también de excursión o de vacaciones, en alguna bolsa de tela pequeña.
Para nuestra comida de cartón solo necesitaremos rotuladores permanentes (mucho más práctico y visibles si son de punta gruesa) y cartón (que sea suficientemente fino para dar facilidad a los peques para recortar pero consistente para que nos se arrugue).
A partir de aquí podemos comenzar a hacer nuestra comida de cartón. Podemos ver productos de verdad e intentar recrearlos lo que potenciará la psicomotricidad fina de los niñxs además de la creatividad ya que la recreación seguro que no será exacta y ellos aportarán su propio toque artístico.


Recortar con tijeras nuestra comida de cartón ayudará al desarrollo psicomotriz de nuestros niñxs y les aportará destreza manual.
Al terminar el «trabajo» en familia, los peques ya pueden disfrutar jugando. Podrán seguir montando sus restaurantes, dando de comer a los peluches y seguir inventando recetas imposibles. Pero ahora también podrán llevarse su comida de cartón en una pequeña bolsa para hacer un picnic simbólico en la montaña, o montar su propio restaurante gourmet en una escapada de vacaciones.
Anaís Mamma Bear